Las empresas encuestadas señalan que para lograr una cadena de suministro "inteligente" necesitan continuar adaptándose al fenómeno de la globalización. Concretamente, prevén que durante los próximos tres años los procesos de producción y compras se podrían reducir en Europa Occidental en un 30% y en Estados Unidos en un 15%, para desplazarse a Asia y Europa del Este. Estas dos últimas regiones verían incrementada su capacidad productiva y de compras en un 61% y un 43%, respectivamente. El informe desvela que este proceso de deslocalización iniciado hace años no ha conseguido que se redujeran los costes en la medida prevista, según las compañías participantes.
Aún así, el sentimiento general de estas empresas es que las ventajas de la globalización han superado a los objetivos no alcanzados. Cuándo se les ha preguntado por el impacto de las deslocalizaciones en sus negocios, el 41% de las empresas encuestadas ha coincidido en que el efecto más positivo ha sido "el aumento de ventas", seguido de "la mejora de sus márgenes" y "la mejora del rendimiento general". Entre los efectos negativos, un 43% ha destacado "el aumento de los plazos de entrega", seguido del "descenso de los niveles de servicio al cliente" y "la menor calidad".
Estos efectos negativos han provocado que las organizaciones no siempre cumplieran con sus objetivos de reducción de costes, lo que indica que, para conseguir una cadena de suministro "inteligente" aún tienen un importante espacio de mejora para adaptarse a la globalización.
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