El estado federado de California ha querido sentar un precedente legal de efecto fuertemente disuasivo, condenando a una mujer a nueve años de cárcel y al pago de 11 millones de dólares en indemnizaciones por el comercio y distribución de software ilegal. Entre los varios programas que se le detectaron había Windows WP, Windows 2000 y Office 2000, todos los cuales eran vendidos junto con documentación completa y códigos de licencia.
Esta mujer, de 52 años de edad, aceptó sin apelar la sentencia, que sin duda es la más estricta en su tipo pronunciada hasta ahora en un estado de los Estados Unidos.
Según declaraciones en Cnet realizadas por el abogado querellante Jonathan P. Fairtlough, "Este fallo envía una clara señal de que el robo de propiedad intelectual será duramente perseguido y castigado".