El agujero detectado recuerda con mucha semejanza al usado en un ataque realizado en noviembre contra los servidores de Debian, intrusión que fue neutralizada y erradicada al instante.
Los hackers que habían descubierto tal agujero intentaron instalar durante el mes de noviembre un troyano en la base de datos usada por la comunidad de desarrolladores de Linux para guardar el código fuente del mismo. Por el contrario los especialistas y desarrolladores de Linux, catalogaron el ataque de torpe y burdo.