Entre los demandantes, además de las quince productoras, figuran la Sociedad de Autores, Compositores y Editores de Música y tres otras grandes organizaciones de editores y distribuidores de vídeo. Los condenados, que fueron detectados porque dejaron su dirección en una web para el intercambio de películas, lamentaron, tras conocer la sentencia, que "se ha juzgado a seis personas, cuando hay seis millones de franceses que descargan" material cinematográfico de la Red.