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Lo mejor es hacer la web de un tamaño concreto, preferiblemente el más pequeño que la gente aun utilice, como 800x600. Así evitas meter codigos raros para adaptarlo todo.
Otra opción es hacerla con un ancho de un 99% del tamaño de la ventana que tenga abierta el usuario, así la web se amolda automaticamente.
Diseñar varios anchos no es muy recomendable y es muy trabajoso.