Hasta ahora, la costumbre era que el Pontífice entregase personalmente la Exhortación Apostólica post Sinodal, como se llama el texto con el que se concluye un sínodo, en un país del continente sobre el que trató la asamblea.
Juan Pablo II dijo hoy en el Vaticano que le hubiera gustado haber viajado hasta Oceanía para entregarlo en mano, "pero no pudo ser", sin especificar las causas.
Así que la Santa Sede, "dada la dispersión geográfica y la extensión del continente" decidió que Juan Pablo II firmase el documento en el Palacio Apostólico y lo enviase inmediatamente por correo electrónico a todas las diócesis de Oceanía.
La firma y envío se celebró en una solemne ceremonia a la que asistieron 17 cardenales, 25 obispos y una treintena de sacerdotes y monjas y en la que se escucharon los sonidos de las conchas, típicas de las tradiciones culturales de Oceanía, y una joven de Samoa, descalza y ataviada con los vestidos de su país bailó ante el Pontífice.
Tras firmar el documento, el Papa pulsó la tecla de un computador portátil conectado con Internet y con la página de correo electrónico ya preparada.
Inmediatamente se vio a través de varios monitores de televisión cómo aparecían las direcciones electrónicas de las diócesis a las que iba dirigido el texto.
Los presentes rompieron en aplausos cada vez que aparecía la dirección electrónica de una importante diócesis, como las de Australia, Nueva Zelanda, Tahití o Samoa, entre otras.
Este sínodo se celebró en el Vaticano del 22 de noviembre al 12 de diciembre de 1998 y la tardanza en firmar el texto se debió a que un año después se celebró el Sínodo de Obispos para Europa y posteriormente el Año Santo de 2000.