El denominado “hacking de celulares” ha existido en diversas variantes desde el origen mismo de la telefonía móvil. Hasta ahora, usurpar la identificación de un teléfono ha sido un procedimiento relativamente laborioso. Sin embargo, ahora las ocho horas de “trabajo” para reproducir los componentes se han reducido a sólo un minuto.
Al crear un clónico es posible para un estafador hacer llamadas con un teléfono que se identifica en la red como si fuera de otra persona, que posteriormente recibirá la factura correspondiente de la compañía operadora de la red.
El método fue desarrollado por investigadores de IBM y Eidgenössische Technische Hochschule Zürich, que a la vez establecieron la forma de evitar la clonación. Tal información ha sido puesta a disposición de los fabricantes de teléfonos móviles, por lo que el sistema de fraude sólo quedará en la teoría.