UN PASEO POR INTERNET

Un cable es el medio

El medio de transmisión determina aquello que es posible transmitir. La comunicación a través de redes digitales comparte características con las redes telefónicas y con los medios difundidos por ondas -como radio y televisión-, garantizando al mismo tiempo la integridad de los datos transmitidos. Pero a pesar de las similitudes, las transmisiones digitales por cable representan una tecnología original, con sus propias características, y esto determina lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer a través del cable.

Una dificultad añadida para la comprensión, y también la descripción, de la tecnología del cable se halla en las grandes diferencias que se dan entre la actual tecnología, la que sustenta Internet, y la que se habrá de desarrollar para hacer posible las infopistas.

Aclarar que las tecnologías que se usarán en las redes de banda ancha no serán las mismas que se hallan en uso actualmente. Esto no quiere decir que carezcamos de soluciones tecnológicas a las necesidades que plantearán las infopistas, sino que no hay acuerdo sobre cuales de estas soluciones serán aceptadas de modo general. El consenso y la estandarización son los elementos que pueden hacer posible una tecnología o condenarla al fracaso, como bien demuestran las experiencias vividas con los distintos formatos de vídeo o el freno que está sufriendo la televisión de alta definición. Nada nos puede hacer pensar que el desarrollo de las infopistas no haya de estar sujeto a problemas semejantes.

Ahora bien, que una tecnología permita un determinado uso no quiere decir que ese uso se de finalmente. Si en algo las nuevas redes son en potencia capaces de revolucionar los hábitos comunicativos es gracias a su bidireccionalidad: a través del cable se puede tanto recibir como emitir, tal como ahora ya se puede hacer en Internet. Pero si analizamos los llamados sistemas online, como el veterano Compuserve o los nacientes Microsoft Network e Infovía, descubriremos que la capacidad de sus usuarios para introducir información está seriamente limitada, existiendo siempre una clara delimitación entre aquello que ofrecen los proveedores de información y los mensajes que los usuarios pueden intercambiarse, aunque sea a través de un medio público como un boletín de noticias.

Ancho de banda

Expresado en forma intuitiva no es difícil comprender qué es el ancho de banda de una conexión digital: no es mas que el caudal de información capaz de circular por el cable. A mayor ancho de banda, más información puede circular en un tiempo dado. La transmisión de simple texto necesita de un ancho de banda sumamente modesto, y es en base a este hecho que se han diseñado muchas de las redes que conforman Internet. Sin embargo la información multimedia, es decir, sonido e imagen tanto fija como en movimiento, requiere de un gran ancho de banda. La gran capacidad exigida a la red por este tipo de datos, junto al afán que se ha desatado últimamente por transportar información multimedia a través de Internet, está llevando al límite las redes que la componen.

La red digital de banda estrecha es conocida en España por las siglas RDSI (Red Digital de Servicios Integrados). Esta permite transmitir sonido de baja calidad, válido para la voz pero no para la música; da lugar a algún nuevo servicio como la videotelefonía, y utilizada para la transmisión de datos ofrece un ancho de banda de 65,536 bits por segundo. Esto representa un gran avance respecto a lo que podemos obtener incluso con el mejor de los modems, pero todavía está lejos de lo que necesitaremos para conectar con las infopistas.

Además, usar la RDSI puede obligarnos a cambiar los terminales actuales (teléfonos, fax, centralitas, enlaces con ordenadores) o en todo caso a usar molestos adaptadores.

Circuitos y paquetes

Existen dos modelos respecto a la forma en que puede realizarse la transmisión de información a través de un cable: las redes de circuitos y las redes de paquetes.

El principal ejemplo de red de circuitos lo representa la red telefónica. En ella, y una vez establecida la conexión -lo que implica un circuito entre los teléfonos participantes en la comunicación-, es posible transmitir el sonido de forma instantánea entre dos puntos cualesquiera, pero no está garantizada la integridad de los datos. Esto significa que, a causa de las múltiples interferencias que puede sufrir la línea, el sonido puede llegar a su destino muy distorsionado, pero esto no es generalmente importante a fin de comprender la voz del interlocutor. Por otro lado, el ancho de banda de la red telefónica es muy reducido, lo que la hace inadecuada para la transmisión de sonido de alta fidelidad. Otra característica de la red, conocida por todos, es su capacidad de saturación: para ponerla a prueba tan sólo hay que intentar telefonear inmediatamente después de comer la uvas de noche vieja. La red se satura porque el número de circuitos que es posible establecer es finito, y cuando todos están ocupados no se puede hacer otra cosa que esperar a que alguno de ellos se libere.

Las redes de paquetes no han sido de conocimiento popular hasta el reciente éxito de Internet y resuelven las dos limitaciones fundamentales de las redes de circuitos. Por una lado, la información es dividida en paquetes para su transmisión y recompuesta una vez ha llegado a su punto de destino, lo que permite un aprovechamiento óptimo del ancho de banda total de la red, ya que éste se reparte dinámicamente entre todos los usuarios que concurren en un momento dado.

Además está garantizada la integridad de los datos, ya que un paquete puede ser retransmitido si en el punto de destino se comprueba que ha llegado corrompido o si simplemente no ha llegado. Una evidente limitación de las redes de paquetes está en que la transmisión de éstos puede sufrir importantes retrasos, especialmente en redes ruidosas que obliguen frecuentemente a retransmitir paquetes defectuosos, o cuando el número de usuarios entre los que se ha de repartir el ancho de banda es excesivo.

La red ideal habría de tener tanto características de las redes de circuitos como de las de paquetes. Afortunadamente, la solución a esta necesidad existe y se llama ATM (Asynchronous Transfer Mode). ATM promete ser el protocolo de transporte ideal para las líneas de banda ancha, permitiendo tanto el transporte de paquetes como el establecimiento de canales virtuales y la reserva de ancho de banda. Con gran probabilidad el código de circulación para viajar por las infopistas será ATM, que de forma tímida está empezando a ser experimentado y sustituirá progresivamente a los protocolos usados hoy en día en las redes de paquetes, tanto en las de larga distancia como posiblemente también en las redes de área local.

Protocolos

Para hacer posible el transporte de información digital a través de una red hacen falta un conjunto de reglas que garanticen el buen uso de la red. Estas reglas constituyen los llamados protocolos de comunicaciones, responsables de definir desde el punto de vista lógico cómo se ha de organizar el tráfico a través de la red, cómo halla un paquete su destino, qué se debe hacer en caso de error, cómo es un mensaje de correo, etc.

Disponiendo de esta mínima descripción de lo qué es un protocolo ya podemos intentar definir que es Internet. Para empezar hemos de decir que Internet no es una red de ordenadores, sino que es una red de redes. Internet existe gracias a una serie de protocolos de comunicaciones, conocidos primero con el nombre de los dos más importantes, TCP/IP (Transmission Control Protocol, Internet Protocol), y más recientemente con el apelativo genérico de conjunto de protocolos de Internet (Internet Protocol Suite). Internet ha sido posible porque existen los protocolos necesarios para poner en contacto multitud de redes, estructuradas con diferentes arquitecturas y que internamente pueden usar protocolos distintos. Para que una red Pueda unirse a Internet no tiene mas que acatar y utilizar las reglas definidas por el conjunto de protocolos de Internet.

Clientes y servidores

Un término habitual utilizado para definir distintos aspectos del funcionamiento de Internet es el de "arquitectura cliente-servidor". Con esta extraña expresión se describe la simple relación que mantienen dos ordenadores cuando, en régimen de colaboración, uno presta un servicio al otro.

Muchos de los protocolos de Internet describen como deben conversar dos ordenadores, el cliente y el servidor, a fin de realizar una determinada transacción. Así, por ejemplo, el FTP (File Transfer Protocol) describe cómo el ordenador cliente debe negociar con el servidor la transmisión de un fichero, los detalles respecto a como el cliente demuestra su derecho a acceder fichero, cómo se ha de proceder en caso de que se produzca un error o se interrumpa la comunicación, etc.

La división entre clientes y servidores se da entre ordenadores y también entre programas. Existen por lo tanto programas servidores, encargados por lo general de almacenar la información o de transportarla por la red, y programas clientes, aquellos que utiliza el usuario final para acceder a la información. Esta dualidad se da en todas las aplicaciones de Internet que serán descritas más adelante.

La arquitectura cliente-servidor hace posible una verdadera distribución del esfuerzo entre todos los ordenadores de una red, y en principio todos los ordenadores pueden actuar como clientes o servidores, tanto alternativamente como de forma simultánea. Dada esta posibilidad podemos esperar que en las infopistas dispondremos, por ejemplo, de una evolucionada versión del actual contestador automático, donde nuestro ordenador dialogue con el llamador en forma sofisticada. No es evidente en estos momentos que esta u otras soluciones similares puedan llegar a ser realidad, estando todavía por confirmar que todos los ordenadores tendrán derecho a actuar como servidores en las futuras redes.

Cómo se está usando Internet

Internet representa en estos momentos el único ejemplo del que disponemos para, mediante su análisis, aventurar cuales serán los nuevos modos de comunicación que las infopistas pueden hacer posibles. Este análisis permite descubrir cuatro paradigmas de comunicación interpersonal: el correo electrónico, los boletines de noticias, los sistemas de conversación en tiempo real y el World Wide Web, un sistema de publicación de información multimedia basado en enlaces de tipo hipertexto. Cada uno de estos entornos posee características propias y delimita un modelo particular de comunicación, en ocasiones inspirado en otros modelos preexistentes, pero casi siempre con aspectos singulares derivados de su naturaleza telemática.

La red ARPA (Advanced Research Projects Agency), conocida también como Arpanet, nació en diciembre de 1969 para unir cuatro universidades americanas. Fue la primera piedra de lo que ahora llamamos Internet y, aunque tenía como objetivo hacer posible la comunicación entre ordenadores, pronto se hizo evidente que también permitía la comunicación entre personas. Con el correo electrónico primero, y seguidamente con las listas de distribución -que permiten enviar un mismo mensaje a un grupo de subscriptores- se hizo evidente que las redes hacían posible la aparición de modos de comunicación no previstos con anterioridad. La última sorpresa en este sentido la ha supuesto el Web que, con el tremendo impacto que ha causado, ha tenido el efecto de convencer finalmente a gobernantes y operadores de telecomunicaciones de que es posible plantear un nuevo cableado a escala mundial mediante líneas digitales de banda ancha.

Para cuando llegue el momento en que la actual red telefónica mundial haya sido sustituida por una nueva red que trasmitirá voz, imagen y datos de todo tipo, habremos de estar preparados para usarla. La experiencia nos dice que no podemos saber realmente como la usaremos, ni tampoco lo saben quienes ahora mismo la están diseñando. Lo que si podemos hacer es aprender de los usos que Internet ha hecho posibles, aunque sólo sea para saber exigir la misma libertad de que han disfrutado sus usuarios a la hora de imaginarlos y ponerlos en práctica.

Mensajes

En un principio eran dos los usos pensados para dotar de utilidad a las redes telemáticas: el intercambio de información entre ordenadores mediante la transmisión de ficheros, y el acceso remoto a los costosos ordenadores de la época mediante la emulación de terminal. Ambas aplicaciones, conocidas en la jerga de Internet como FTP (File Transfer Protocol) y Telnet (protocolo para emulación de terminales) respectivamente, están claramente destinadas a permitir la comunicación remota entre ordenadores.

El intercambio de mensajes personales mediante correo electrónico representa la primera aplicación de las redes destinada fundamentalmente a hacer posible la comunicación entre personas. El modelo evidente en que se basa el correo electrónico, llamado Email en la jerga de la red, es el del correo común, con el que mantiene similitudes estructurales. Un mensaje, al igual que una carta convencional, se define mediante un destinatario, un remitente y un contenido, informaciones utilizadas por el sistema de transporte para trasladarlo a su destino o devolverlo a su origen si esto no fuese posible.

A pesar de estas similitudes, ha sido sorprendente descubrir como aparecían hábitos comunicativos específicos al correo electrónico. La rapidez inherente al sistema, tanto en lo relacionado con la forma de escribir frente a una pantalla como al transporte del mensaje, prácticamente instantáneo, ha dado lugar a un estilo desenfadado, a veces descuidado. Por otro lado, el poco esfuerzo que representa leer o escribir un mensaje parece favorecer una libertad que no ofrece el correo convencional.

Esto ha dado lugar a fenómenos originales, como las llamadas war flames, intercambio de mensajes repletos de sarcasmos e ironías, cuando no directamente insultos, en base a alguna discrepancia sobre algún tema en ocasiones banal. La franqueza que permite el sistema ha dado lugar, al igual que lo ha hecho el fax, a un notable aplanamiento de las jerarquías sociales y laborales, siendo posible comunicarse mediante el correo electrónico con personas que tal vez serían inaccesibles de forma directa.

Otra curiosa innovación del correo electrónico la representa la inclusión en el texto de diversos grafismos realizados con el único recurso de los caracteres alfanuméricos. En primer lugar tenemos las smileys, pequeñas acotaciones al texto de tipo alegre como :-), pícaro como ;-) o triste como :-(, que deben mirarse de lado y de las que existen multitud de variantes.

Dentro del arte alfanumérico también se hallan las firmas (signatures), complejos diseños con los que se finalizan los mensajes y que a veces desatan guerras de flames debido a su excesiva longitud.

En paralelo al uso del correo electrónico han sido establecidas por sus usuarios algunas convenciones a fin de optimizar las posibilidades del sistema. Así, por ejemplo, se ha determinado que la medida máxima de una firma al final de un mensaje ha de ser de cuatro líneas. Este conjunto de normas, no siempre escritas, constituye una auténtica etiqueta de la red, y así en efecto la denominan sus usuarios: netiquette. Internet ha sido en gran medida una comunidad autogestionada que ha elaborado soluciones técnicas a los problemas de conectividad, ha diseñado las aplicaciones que debían funcionar en la red, y que finalmente ha elaborado los códigos en que se debían basar los miembros de la comunidad para relacionarse entre sí.

Debates

Si un ordenador es capaz de enviar un mensaje de correo a un destino particular, también ha de ser capaz de enviarlo a todos los diferentes destinos de una lista. Este sencillo razonamiento dio lugar a las listas de distribución, el primer método descubierto para hacer posible la discusión de un grupo de personas alrededor de un tema de interés común. Veamos un ejemplo extraído de una lista sobre composición musical basada en métodos algorítmicos: un estudiante necesita conocer la bibliografía existente sobre un autor determinado y envía un mensaje a la lista solicitando información; el mensaje es recibido por todos los miembros de la lista, muchos de los cuales simplemente leen el mensaje sin darle más tratamiento; puede suceder que alguien disponga de una amplia bibliografía sobre composición algorítmica, y que la tenga ya escrita y almacenada en el disco duro de su ordenador: con una simple combinación de teclas puede enviar su bibliografía personal a la lista de distribución; de esta forma todos los subscriptores de la lista, incluyendo al original solicitante de la información, reciben un mensaje de correo con una completa bibliografía sobre su tema de interés común.

Este ejemplo pone de relieve otra característica fundamental de la cultura de la red: la disposición de sus miembros a colaborar entre sí de forma desinteresada. Esto es lo que ha hecho posible Internet y es la primera causa de sorpresa de los recién llegados. Los frutos de esta actitud son muchos y muy variados, pudiendo mencionarse protocolos de comunicación, multitud de programas de ordenador junto a su código fuente, imágenes y documentos de todo tipo, e incluso completos sistemas operativos con todos sus programas como es el caso del sistema operativo Linux.

El propio mecanismo de funcionamiento de las listas de distribución puede dar lugar a un importante problema que ha acabado con muchas de ellas: si la lista tiene muchos subscriptores y éstos son muy activos participando en la misma, se produce una explosión combinatoria en el número de mensajes recibidos por todos los miembros, hasta llegar al punto de hacer imposible su lectura. Si ha esto añadimos que muchos mensajes son enviados por usuarios despistados, con contenidos sin interés, o si además se producen frecuentes guerras de flames, se llega ha hacer imposible un uso productivo de la lista, y muchos usuarios anulan su subscripción. Para hacer posible la viabilidad del modelo inicial se han inventado las listas moderadas, en las que un moderador tiene a su cargo leer todos los mensajes antes de su distribución para seleccionar aquellos que deben ser enviados a todos los subscriptores. Otra solución la proporcionan los resúmenes (digests), sistema por el cual los subscriptores sólo reciben una selección de los mensajes enviados a la lista general, agrupados todos ellos en un único mensaje diario. Es obvio que estas dos soluciones requieren del trabajo de una persona para su funcionamiento, y que ésta generalmente ha de realizar su trabajo de forma desinteresada. Se pierde así la gran virtud del sistema original, que es su completo automatismo.

Noticias

Los boletines de noticias suponen una generalización de las listas de distribución. El sistema actualmente en uso en Internet recibe indistintamente el nombre de Usenet o News, y nació en la red UUCP (Unix to Unix Copy), conjunto de ordenadores dotados del sistema operativo Unix que transportaban el correo y las noticias utilizando modems de diferentes velocidades. Es por esta razón que las principales aplicaciones de UUCP eran de tipo asíncrono, como lo son el correo y las noticias. Decir que una aplicación es asíncrona significa que no requiere la conexión de los dos ordenadores involucrados en la comunicación en el momento en que el usuario utiliza la aplicación. Podemos enviar un mensaje o participar en uno de los grupos del boletín de noticias en cualquier momento, siendo más tarde cuando se producirá la efectiva transmisión de la información a su destino.

Usenet está basada en la existencia de un gran número de grupos de interés, varios millares en la actualidad, creados en su momento por votación popular y que permiten organizar la participación de los lectores según sus intereses. No es necesario subscribirse a ningún grupo de interés para leer las noticias, y la mayor parte de ellos no son moderados, por lo que está garantizado que cualquier participación será difundida sin censuras. Cada noticia puede ser replicada, como a su vez puede serlo cada réplica, y el sistema recuerda el orden de todas las intervenciones, por lo que es posible seguir de forma ordenada la pequeña historia de cada debate. Pasado un cierto tiempo las noticias expiran y desaparecen del boletín, aunque algunos grupos especialmente interesantes se conservan, de forma resumida, en algún servidor de ficheros que se presta a ello, siendo éste otro ejemplo de pasarela entre aplicaciones. De esta forma, una información nacida para ser efímera pasa ha estar accesible permanentemente.

Si en algún lugar se ha desarrollado una cultura específica de la red, ese lugar ha sido Usenet. Un extenso vocabulario, -ciertamente críptico para los recién llegados-, una extensa lista de reglas de etiqueta, y una cierta atracción por la anarquía son, entre muchos otros, los legados de Usenet.

La gran libertad con que Usenet se ha desarrollado ha demostrado ser un arma de doble filo. Un virulento debate se está desarrollando en los últimos tiempos a raíz de la iniciativa tomada en los EEUA por el senador Exon para poner freno a la libertad con que circula la información en Internet, y especialmente en Usenet. El detonante de esta actuación lo supuso la circulación de pornografía infantil por la red, con lo que se hizo manifiesto que Usenet se estaba (y se está) usando para difundir pornografía y también para debatir todo tipo de posturas políticas, algunas de claro matiz extremista. La controversia está servida y las cuestiones a debatir son fundamentalmente dos: ¿debe ser controlada la información que circula por Internet?, y en su caso, ¿quién la ha de controlar?

Charlas

Aunque todavía es una práctica no muy extendida, en los próximos tiempos viviremos la rápida expansión de los sistemas de conversación en tiempo real. Ha de quedar claro que estamos hablando de charlar a través de texto, un sistema en el que los tertulianos, una vez incorporados a un canal de conversación, escriben sus intervenciones mediante el teclado del ordenador al tiempo que pueden leer en la pantalla todas las intervenciones de los demás participantes en el canal en cuestión.

Tomado inspiración en antiguos programas disponibles en el sistema operativo Unix, como talk o write, el llamado IRC (Internet Relay Chat), o simplemente chat, es el protocolo que permite conversar a lo largo y ancho de Internet. Están apareciendo en estos momentos programas clientes del IRC para los más populares entornos gráficos, como Windows 95, por lo que es fácil aventurar una pronta generalización del conocimiento y uso del sistema.

En primera instancia no deja de sorprender la atracción que pueda ejercer el IRC en sus usuarios. Da la impresión de que la interacción con otras personas mediante texto escrito habría de ser incomoda y poco apetecible, pero lo cierto es que el IRC arrasa allí donde es conocido. El anonimato relativo del que gozan sus participantes, junto a la instantánea reacción de los interlocutores, parece ejercer una sugestión profunda al enlazar tal vez con algún aspecto ciertamente poco cautivador del modo en que se da la comunicación interpersonal en nuestra sociedad.

El carácter fugaz de las conversaciones mantenidas mediante el IRC hace difícil pensar que éstas puedan ser conservadas, pero así es en algunas ocasiones. Mediante una pasarela entre aplicaciones algunos debates han merecido ser inmortalizados en forma de ficheros de texto, y es fácil encontrar en distintos lugares de la red, por ejemplo, completos resúmenes de los debates realizados durante la llamada "guerra del golfo".

Publicaciones: Webs

El detonador que ha provocado la final explosión de interés por Internet ha sido el World Wide Web, y el fenómeno tiene dos responsables: Tim Berners-Lee y Marc Andreesen. La combinación producida por el trabajo de estos dos hombres ha dado lugar al fenómeno más espectacular en la breve historia de los sistemas multimedia distribuidos.

Tim Berners-Lee trabajaba como científico en el CERN (Laboratorio Europeo de Partículas Elementales) de Ginebra cuando diseñó, en 1990, un protocolo para intercambio de información multimedia entre ordenadores llamado HTTP (Hyper Text Transfer Protocol) y también un lenguaje para la descripción de documentos multimedia llamado HTML (Hyper Text Markup Language). Estos protocolos tenían como propósito inicial ayudar a los investigadores del CERN a compartir información científica, sin que en un principio pudiese nadie imaginar la amplia difusión que habían de adquirir en pocos años.

Marc Andreesen era un estudiante de la Universidad de Illinois relacionado con el NCSA (National Center for Supercomputing Applications) cuando desarrolló el programa Mosaic. Éste fue el primer programa cliente del Web que dispuso de la facultad de mostrar imágenes junto al texto y que, debidamente configurado, permitía mostrar todo tipo de información multimedia, como sonido o imagen en movimiento. Marc Andreesen tiene ahora 24 años, y ahora dirige la empresa Netscape, nombre también del programa sucesor del antiguo Mosaic. Pese a basar gran parte de su éxito en la difusión gratuita de su software, la empresa Netscape tiene ya un valor calculado de 2,000 millones de dólares, representando uno de los más espectaculares casos de éxito empresarial de toda la historia. Si tiene interés considerar la cotización bursátil de Netscape es para tomar conciencia de que el valor de la empresa se halla en el puro terreno de las ideas: no hay ningún tipo de activo, como terrenos, maquinaria o edificios, que respalde el valor atribuido a la empresa.

Mosaic y Netscape

¿Donde está la razón del éxito del fenómeno Web-Mosaic? Hasta la aparición del Mosaic, para usar Internet era necesario conocer crípticos comandos y enfrentarse a un primitivo interface de usuario basado en texto. Era muy difícil acceder a la información sin saber de antemano donde se hallaba, y para saber como funcionaban los programas se había de consultar a alguien con experiencia previa, no existiendo prácticamente publicaciones que divulgasen la forma de acceder a los recursos de la red. Después del Mosaic todo esto ha cambiado y como muestra sirva comprobar la enorme cantidad de publicaciones sobre Internet, y no sólo escritas en inglés, que hoy en día podemos encontrar visitando cualquier librería especializada. Otra sorprendente constatación del enorme impacto social del Web lo representan los diversos "Internet cafés" que han abierto en todo el mundo, tradicionales bares a los que se han incorporado con naturalidad ordenadores personales con los que poder navegar por la red.

Los programas clientes del Web, como Mosaic o Netscape, son los responsables de mostrar en la pantalla del ordenador, usando gráficos y distintos tipos de letra, la información descrita en los documentos HTML. Éstos son enviados desde los ordenadores servidores, que almacenan los textos y la información multimedia que es mandada al ordenador cliente para ser visualizada. El programa que se ejecuta en el ordenador servidor, llamado generalmente -por razones que no viene al caso- httpd, es transparente al usuario, lo que quiere decir que éste jamás toma conciencia de su existencia: tan solo el administrador del servidor se ha de encargar de configurar al programa en cuestión, siendo los servidores del Web creados por el CERN, el NCSA y Netscape los más populares.

En su rápida expansión, el Web ha engullido a otros sistemas para ofrecer información distribuida existentes con anterioridad, que o bien han desaparecido o a los que se accede desde el mismo programa cliente. Así, el programa Netscape actúa como cliente del Web, del Gopher (sistema de información basado en menús), News, Wais (Wide Area Information Servers), FTP, y también en parte de correo, estando llamado o ser el "navegador" universal de Internet. Esta simplificación es otra razón del éxito del Web: los usuarios no han de usar distintos programas para acceder a informaciones que, aunque se acceda a ellas a través de diferentes protocolos, pueden estar en el mismo servidor.

HTML

Pese a su simplicidad, el lenguaje HTML ha demostrado ser útil para crear ricos documentos compuestos de texto, imágenes y "zonas calientes". Esta últimas son puntos que, una vez activados con el puntero del ratón, enlazan con otro documento HTML que no necesariamente ha de estar en el mismo ordenador. De esta forma el usuario va saltando entre documentos con total facilidad, perdiendo la noción de donde se halla realmente. Esta técnica de búsqueda, un tanto aleatoria e intuitiva, es lo que denominamos "navegar" por la red. Todo el inmenso conjunto de documentos HTML de Internet, con sus millones de enlaces hipertexto, constituyen la malla, la tela de araña, a la que alude la palabra web (en inglés malla).

Para crear documentos HTML no hace falta ningún programa especial, sino que es suficiente un simple editor de texto, y para poder ver el documento en su forma final, con sus gráficos y distintos tipos de letras, no hace falta usar ningún programa traductor. Existen limitaciones respecto a lo que se puede conseguir con el lenguaje HTML, pero estas no han representado en absoluto un problema, sino más bien todo lo contrario. Otros entornos para el desarrollo de aplicaciones multimedia, como los que encontramos en los ordenadores personales, pretenden ofrecer al autor completas posibilidades de diseño, con lo que las aplicaciones resultantes ofrecen estilos muy distintos según quien sea su autor. La simplicidad del HTML ha dado lugar a unos documentos muy homogéneos, con lo que los usuarios finales pronto han adquirido familiaridad con el sistema, pudiendo aplicar las mismas técnicas de interacción en todos los casos.

Gracias a la primera extensión sufrida por el HTML, y que supuso la incorporación de los formularios y la posibilidad de enviar información introducida por el usuario desde el ordenador cliente al servidor, han aparecido las primeras actividades comerciales de Internet. Mediante estas extensiones es posible recibir información del usuario, con lo que se abre la puerta a la realización de verdaderas aplicaciones interactivas a través de Internet. Ahora ya no hay por que limitarse a pasar páginas, sino que es posible en todo momento introducir información en el sistema. Esto no tiene por que reducirse a enviar nuestro pedido comercial y número de tarjeta de crédito, sino que podemos imaginar todo tipo de aplicaciones donde la información proporcionada por el usuario pase a enriquecer y modificar el sistema.

Imágenes

El Web ha demostrado ser un entorno excelente para la publicación de todo tipo de información. Multitud de universidades, empresas, organizaciones diversas y también particulares están usando el Web para dar a conocer sus trabajos, difundir sus ideas, promocionar sus cursos o productos, etc. Gracias al Web, cualquier información que podamos imaginar se puede hallar en Internet, desde las últimas imágenes del satélite Meteosat a las obras completas de William Shakeaspeare. El Web ofrece gratuitamente el mayor compendio de información de todos los tiempos.

El afán de proyectar una imagen personal sobre Internet que todos sus usuarios manifiestan, se concreta en el Web en las llamadas páginas personales (home pages). Cualquier persona con acceso a un ordenador que esté actuando como servidor del Web, puede construir su página personal y hacerla accesible a los millones de usuarios de Internet. Se pueden poner fotografías, sonidos, etc., y una buena muestra se halla en las páginas que ofrece el servidor de la Casa Blanca. Podemos ver en ellas fotografías familiares de los Clinton, escuchar la salutación que nos dirige Hillary o la forma en que maúlla el gato de Chelsea.

Comunicación

El teléfono, mediante la relación de uno a uno en que está basado, hace posible la comunicación reciproca, pero no permite disponer de una visión global de la red de comunicación. El nuevo territorio de encuentro que hacen posible las infopistas ofrece un modelo de comunicación de todos entre todos, permitiendo superar la división entre emisores y receptores pasivos que definen los mass media clásicos.

¿Y de que forma se ha de poder usar la red para aprovechar todo su potencial? A modo de ejemplo, los siguientes párrafos desgranan algunas posibilidades comunicativas que las redes han de permitir.

Todo usuario de la red ha de tener la posibilidad de hacer escuchar su voz, superando la actual distinción entre proveedores y consumidores de la información.

Toda manifestación cultural y artística ha de tener su lugar en la red, puesto que aquello que no se halle en ella simplemente no existirá.

Todo grupo social, toda comunidad, ha de encontrarse en la red. La distinción entre cultura de elite y cultura de masas, con sus productos y espacios diferenciados puede ser de nuevo puesta en cuestión.

Todo idioma ha de tener su lugar. La identidad personal y colectiva empieza en el propio idioma. La comunidad cultural que no use su idioma en la red perderá por completo su identidad.

Diversas organizaciones no gubernamentales han comprendido el gran poder comunicador de la red, y lo están utilizando sabiamente en su provecho. La comunicación alternativa halla así un canal idóneo a sus fines. Todos aquellos grupos sociales con afán comunicativo, pero que generalmente tienen vedado el acceso a los grandes medios de comunicación de masas, están aprendiendo rápidamente a usar Internet y otras redes para difundir sus ideas. Gracias a las nuevas redes de comunicación, pequeños grupos de opinión están alcanzando una audiencia impensable con otros medios y empieza a ser finalmente una realidad el acceso democrático a la comunicación.

Territorio

Platón definió la ciudad ideal como aquella en la que la totalidad de sus ciudadanos pudiesen caber en el ágora, siendo todos capaces de escuchar con claridad a cualquier orador. La asamblea en la plaza pública hace tiempo que dejó de ser una práctica común en nuestra sociedad, pero ahora vuelve ha ser una posibilidad a nuestro alcance.

Gracias a Internet ya no hemos de coincidir en un mismo espacio y tiempo para comunicarnos. La vieja alegoría del "palacio de la memoria", ese gran edificio donde todo conocimiento y recuerdo tiene su lugar, es ya un hecho real. Las infopistas definen un nuevo territorio en el que son posibles encuentros imposibles en otros lugares: podemos encontrar nuestro pasado como en la mejor de la bibliotecas y podemos coincidir con cualquier persona sin distinción de clase social o cultural. El único requisito para participar del encuentro consiste en tener acceso a la red, por lo que todos deberíamos tener ese acceso garantizado.

Un interesante ejemplo de como las infopistas hacen posibles nuevos fenómenos comunicativos lo tenemos en las intervenciones periodísticas de Bill Gates, que en España publica quincenalmente el periódico El País. Todos los lectores pueden enviar mensajes mediante el correo electrónico al presidente de Microsoft, que elabora sus artículos como respuesta a los miles de mensajes que recibe. De esta forma se establece un diálogo entre alguien que define, en su campo, el mundo futuro, y aquellos que viven y hacen posible ese cambio. El ejemplo es perfectamente trasladable al terreno político, y sería saludable que nuestros políticos, desde los alcaldes a los presidentes, estudiasen los nuevos mecanismos de comunicación, y por que no, de democracia directa, que tenemos a nuestro alcance.

¿Y en que se concreta ese acceso general a las infopistas que este texto propone? Por ejemplo, y para empezar por algo simple, en disponer de servicios de correo electrónico, al alcance de toda la población, tan simples, sencillos y económicos como son ahora el teléfono o el fax. Las soluciones técnicas ya existen, pero el uso generalizado del correo electrónico está muy lejos de ser una realidad, incluso entre los grupos sociales y profesionales de alto nivel cultural y adquisitivo.

Estar o no estar, esa es la cuestión. Y "estar" significa aquí "ser". El futuro nos ofrece dos alternativas: unas infopistas sin exclusiones en las que sea posible profundizar la democracia, o unas redes al servicio de los poderosos y acentuadoras de la desigualdad. Si queremos que la primera opción sea la definitiva habremos de luchar para ello, ¿o alguien puede creer que, en ausencia de presiones, se escogerá la alternativa más igualitaria?