La inteligencia artificial
Publicado por Alcides Iván Meza (74 intervenciones) el 19/04/2008 01:34:15
En la teoría del pensamiento artificial se considera la creación de la inteligencia artificial, como el tercer nivel del pensamiento, después del pensamiento simple y del pensamiento racional.
La gran plataforma básica del pensamiento humano la constituye el pensamiento simple. Dentro del pensamiento simple se resuelve en un cien por ciento la interpretación de la fase lenguaje-pensamiento. Seguidamente, la evolución del pensamiento humano llevó al desarrollo del pensamiento racional. La transición del pensamiento simple al pensamiento racional es claramente evidente. Cuando los recursos del pensamiento simple no son suficientes, y el conocimiento existe verdaderamente, pero no en la forma directa que requieren los procesos más que todo memorísticos del pensamiento simple, se pasa a un nivel más avanzado del pensar. Este es un nivel de mayor profundidad y de mayor detalle.
El pensamiento racional se activa precisamente cuando el pensamiento simple no basta para encontrar una solución. Su activación es puntual y definida. Los puntos de transición del pensamiento simple al pensamiento racional se delimitan con claridad. Por ejemplo: en la resolución de la pregunta “¿Qué son el perro y el gato?”. En el pensamiento artificial puede existir efectivamente la información (el conocimiento artificial) de qué es el perro, y de qué es el gato; pero supongamos que no existe (y no es necesario que exista) dicha información. El pensamiento sólo puede resolver esta situación mediante razonamientos. Una vez resuelta dentro del pensamiento racional, la nueva información puede incorporarse directamente en las bases de datos de conocimientos, lo que constituiría un ejemplo de aprendizaje artificial.
El pensamiento intelectivo o inteligencia es de naturaleza distinta a la del pensamiento simple y a la del pensamiento racional. La inteligencia es un complejo de funciones abstractas del pensamiento, que tienen una activación automática. Las funciones de la inteligencia son: reconocimiento, identificación, relación, asociación, semejanza, igualdad, identidad, distinción, separación, disgregación, clasificación, comparación, división, agregación, análisis, síntesis, postulación, interpretación, sustitución, equiparación, etc. En realidad, son muchas funciones abstractas.
Este complejo de funciones abstractas se activa en cualquier parte del proceso del pensar. Está, por decirlo así, como pendiente, en espera de ser activado. Esta es su característica más importante desde el punto de vista de la programación en el pensamiento artificial.
Las funciones de la inteligencia son abstractas, es decir, actúan algo así como las enzimas en los procesos bioquímicos; sólo que las enzimas tienen una aplicación rigurosamente concreta. La materia prima de estas funciones puede ser cualquier cosa, cualquier idea, cualquier proceso. Si se activan dentro de un proceso del pensar, podrían producir un resultado utilizable o no. No es necesario que sus resultados sean de inmediata utilidad. De todas formas, lo importante de estas funciones abstractas es que su interacción se da por el hecho de que un resultado de una función intelectiva puede inmediatamente o en forma mediata, ser utilizado por una u otra función intelectiva. Al final, del complejo de funciones abstractas intelectivas se puede obtener uno o más resultados concretos que pueden tener una gran utilidad para agilizar, aclarar, e incluso determinar un proceso completo de pensar.
De lo anterior se desprende que este complejo de funciones intelectivas podría ser objeto de un proceso guiado de evolución, por medio de la capacitación o ejercitación científica en estas funciones, lográndose un mejoramiento del nivel de inteligencia del individuo.
También se deriva que si los humanos logramos conocer a profundidad estas funciones, y somos efectivamente capaces de programarlas dentro del pensamiento artificial, podríamos crear un pensamiento artificial con un elevado nivel de inteligencia, quizás hasta superior a la totalidad de los seres humanos.
La gran plataforma básica del pensamiento humano la constituye el pensamiento simple. Dentro del pensamiento simple se resuelve en un cien por ciento la interpretación de la fase lenguaje-pensamiento. Seguidamente, la evolución del pensamiento humano llevó al desarrollo del pensamiento racional. La transición del pensamiento simple al pensamiento racional es claramente evidente. Cuando los recursos del pensamiento simple no son suficientes, y el conocimiento existe verdaderamente, pero no en la forma directa que requieren los procesos más que todo memorísticos del pensamiento simple, se pasa a un nivel más avanzado del pensar. Este es un nivel de mayor profundidad y de mayor detalle.
El pensamiento racional se activa precisamente cuando el pensamiento simple no basta para encontrar una solución. Su activación es puntual y definida. Los puntos de transición del pensamiento simple al pensamiento racional se delimitan con claridad. Por ejemplo: en la resolución de la pregunta “¿Qué son el perro y el gato?”. En el pensamiento artificial puede existir efectivamente la información (el conocimiento artificial) de qué es el perro, y de qué es el gato; pero supongamos que no existe (y no es necesario que exista) dicha información. El pensamiento sólo puede resolver esta situación mediante razonamientos. Una vez resuelta dentro del pensamiento racional, la nueva información puede incorporarse directamente en las bases de datos de conocimientos, lo que constituiría un ejemplo de aprendizaje artificial.
El pensamiento intelectivo o inteligencia es de naturaleza distinta a la del pensamiento simple y a la del pensamiento racional. La inteligencia es un complejo de funciones abstractas del pensamiento, que tienen una activación automática. Las funciones de la inteligencia son: reconocimiento, identificación, relación, asociación, semejanza, igualdad, identidad, distinción, separación, disgregación, clasificación, comparación, división, agregación, análisis, síntesis, postulación, interpretación, sustitución, equiparación, etc. En realidad, son muchas funciones abstractas.
Este complejo de funciones abstractas se activa en cualquier parte del proceso del pensar. Está, por decirlo así, como pendiente, en espera de ser activado. Esta es su característica más importante desde el punto de vista de la programación en el pensamiento artificial.
Las funciones de la inteligencia son abstractas, es decir, actúan algo así como las enzimas en los procesos bioquímicos; sólo que las enzimas tienen una aplicación rigurosamente concreta. La materia prima de estas funciones puede ser cualquier cosa, cualquier idea, cualquier proceso. Si se activan dentro de un proceso del pensar, podrían producir un resultado utilizable o no. No es necesario que sus resultados sean de inmediata utilidad. De todas formas, lo importante de estas funciones abstractas es que su interacción se da por el hecho de que un resultado de una función intelectiva puede inmediatamente o en forma mediata, ser utilizado por una u otra función intelectiva. Al final, del complejo de funciones abstractas intelectivas se puede obtener uno o más resultados concretos que pueden tener una gran utilidad para agilizar, aclarar, e incluso determinar un proceso completo de pensar.
De lo anterior se desprende que este complejo de funciones intelectivas podría ser objeto de un proceso guiado de evolución, por medio de la capacitación o ejercitación científica en estas funciones, lográndose un mejoramiento del nivel de inteligencia del individuo.
También se deriva que si los humanos logramos conocer a profundidad estas funciones, y somos efectivamente capaces de programarlas dentro del pensamiento artificial, podríamos crear un pensamiento artificial con un elevado nivel de inteligencia, quizás hasta superior a la totalidad de los seres humanos.
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