Microsoft ha decidido alterar una de sus medidas antipiratería en el nuevo Windows XP. El cambio se ha realizado debido a que varios críticos afirmaran que sus protecciones podrían afectar a usuarios inocentes.
Uno de los recursos que implementó Microsoft fue que el sistema operativo debía de estar ligado al ordenador donde se instalaba, por lo que usar la misma copia alternativamente en el trabajo y en casa, era imposible. De igual forma no se podía cambiar la placa base de la máquina. Esto ocurría así debido a que el sistema operativo grababa las características del ordenador donde se instalaba por primera vez y no permitía nuevas instalaciones a no ser que se tratara de la misma máquina.
Según declaraciones de Shawn Sanford, director del grupo de productos para Windows de Microsoft, la compañía está analizando la posibilidad de alterar el sistema de activación del software para permitir un total de cuatro cambios de ordenador dentro de un periodo aún por definir, pero que se especula que varíe entre 60 y 180 días.
Microsoft prevé que Windows XP, en la actualidad en fase final de pruebas, estará disponible en el mercado el próximo 25 de octubre.