Concretamente, los usuarios tenían que rellenar un formulario y posteriormente recibían contestación donde le solicitaban un número de cuenta bancaria para ingresarle una cantidad de dinero, de la que la víctima se quedaba con un porcentaje y el resto lo tenía que enviar por medio de alguna web de transferencia de dinero o empresas como Western Union.
En ocasiones los autores de dicha estafa obligaban a las víctimas a abrir una cuenta bancaria a cambio de una compensación económica.