Jason Jones, de 35 años, se declaró culpable a inicios de año de este caso de infracción a las leyes federales estadounidenses sobre el derecho autor. Además fue condenado a tres años de libertad condicional. De su lado, un empleado de la tienda, Jonathan Bryant, de 45 años, fue también condenado a tres años de libertad condicional.
Los dos hombres, que deberán pagar 2.648 dólares por daños a un grupo que defiende los intereses de la industria del videojuego, reconocieron que vendieron a clientes de los Xbox equipados de más de 50 juegos piratas, por entre 225 y 500 dólares según cada caso. Un tercer acusado está prófugo.
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