Así, tras disfrutar de un período de 30 días de pruebas sin cargo alguno, el usuario deberá abonarse al servicio, que actualmente cuenta con 30 millones de visitantes registrados y siete millones de canciones en su catálogo, según explica la propia compañía en su blog oficial.
Last.fm relaciona el cambio de rumbo a la necesidad de seguir haciendo posible "el mejor servicio de radio en la web", pero los usuarios no opinan lo mismo a tenor de la avalancha de comentarios que ha recibido el anuncio --816, a las 13.24 horas de hoy--. La mayoría lamentan la decisión, o amenazan con el traslado a otras alternativas emergentes como Spotify: "Adiós, Last.fm. ¡Bienvenido Spotify!".
En una de las respuestas a los comentarios, uno de los responsables de la compañía, Matthew Ogle, explica que Estados Unidos, Alemania y Reino Unido no pagarán porque Last.fm cuenta en esos países con más recursos para generar ingresos por publicidad. "Así ganamos dinero para pagar a los artistas y a las discográficas por su música", asegura Ogle aludiendo al pago de derechos de las canciones.
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