Soto negó que sus herramientas fomenten la piratería y quiso dejar claro que ha creado estos programas para que la gente los use como desee. "Ellos (los productores) lo han intentado contra los usuarios y les han parado los pies. Y contra las operadoras tienen muy poco que hacer", apuntó el informático.
Además, recordó que la industria discográfica fracasó en su intento, por la vía penal, de acabar con las páginas que facilitan enlaces para la descarga de archivos P2P y se les ha negado, por lo civil, medidas cautelares para cerrar estas webs. "Sólo quedamos los desarrolladores de software", comentó Soto, quien acusó a sus demandantes de buscar sólo publicidad y "dejar en el subconsciente colectivo que este tipo de programas es malo".
Por su parte, el presidente de Promusicae, Antonio Guisasola, aseguró que el objetivo de Soto era enriquecerse: "Cobraba por esos programas y sus actualizaciones, sabiendo que se utilizaban para descargar contenidos protegidos por derechos de autor".
Según Guisasola, la cantidad solicitada es "pequeña", ya que presupone que los cerca de 20 millones de usuarios que se descargaron el programa de intercambio P2P Manolito se bajaron sólo una canción. Y el corte se cotiza a un dólar, de ahí la cantidad reclamada (20 millones de dólares o 13 millones de euros).
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