La historia empieza en la Academia Soviética de Ciencias, en Moscú. Corre el año 1984 y un joven investigador especializado en inteligencia artificial recibe su primer ordenador de mesa, un Elektronika 60 con el que empieza a diseñar programas. "Empecé a unir todo tipo de puzzles matemáticos y divertimentos que me gustaban desde niño", cuenta Alexey Pajitnov al diario británico The Guardian. "El programa no era complicado", dice. "No había puntuación ni niveles. Pero empecé a jugar y no pude parar. Eso fue todo".
Pajitnov tenía 29 años cuando diseñó un rudimentario programa tan sencillo que ha llegado a las casas y consolas de bolsillo de todo el mundo. Es el Tetris, ese irresistible puzzle capaz de crear adicciones que han llegado a ser penalizadas (un hombre que fue condenado por jugar durante un vuelo a través de su teléfono móvil) y que, en sus orígenes, nadie imaginó que llegaría tan lejos.