IBM ha anunciado que el superordenador Sequoia, desarrollado para la National Nuclear Security Administration (NNSA) de Estados Unidos, e instalado en el Laboratorio Lawrence Livermore de California, ha sido nombrado el sistema más potente del mundo. En concreto, Sequoia lidera la lista de los 500 superordenadores más rápidos de la industria que ha publicado hoy la Conferencia Internacional de Supercomputación, celebrada en Hamburgo (Alemania). Además, cinco de los diez primeros sistemas del ranking pertenecen también a IBM.
Con un total de 16,32 petaflops sostenidos (cuatrillones de operaciones por segundo), Sequoia es un sistema IBM Blue Gene/Q de 96-rack y permite simulaciones de fenómenos a un nivel de detalle hasta ahora imposible de conseguir. Este anuncio pone de manifiesto una vez más el liderazgo de IBM en sistemas de supercomputación, gracias a la capacidad de innovación, investigación y conocimiento de la industria con la que cuenta la Compañía y que le permite seguir desarrollando los superordenadores más potentes del mundo.
IBM es además el fabricante del primer superordenador europeo de la lista, situado en cuarto lugar y alojado en el Centro de Supercomputación de Leibniz (Alemania). El nuevo sistema LRZ SuperMUC ha sido desarrollado a partir de servidores IBM System x iDataPlex y ofrece un rendimiento máximo de hasta tres petaflops. Incluye también una nueva tecnología de refrigeración de agua caliente creada por IBM que permite ahorrar hasta un 40% de energía en comparación con un sistema de aire refrigerado.
Dentro de este ranking, concretamente en el puesto 378, ha hecho su entrada otro de los superordenadores con tecnología de IBM instalados en nuestro país. La Universidad de Cantabria aloja Altamira, un sistema de supercomputación que está basado en la arquitectura x86 de IBM con servidores iDataPlex dx360 M4. Con 3.840 cores, Altamira es capaz de proporcionar una potencia pico de cálculo de 79,87 teraflops y 74,39 teraflops sostenidos, lo que le confiere una gran facilidad de programación y lo sitúa en la vanguardia de los centros de supercomputación del mundo.
El sistema permitirá abordar grandes proyectos que requieran procesar gran volumen de datos, en áreas cómo física de altas energías, astrofísica, medio ambiente, dinámica de fluidos, ingeniería genética, materia condensada, óptica, entre otras, y también permitirá cubrir las grandes necesidades de simulación del Instituto de Hidraúlica. Precisamente uno de los objetivos del nuevo sistema es ofrecer desde la Universidad de Cantabria la colaboración a las empresas para que aprovechen el uso de estos recursos de supercomputación.