
El pasado martes Google acordó ante las autoridades estadounidenses el pago de una multa de 7 millones de dólares por recoger información sin autorización para su servicio Street View. Según declaraciones del fiscal, este acuerdo aborda las cuestiones de privacidad y protege los derechos de los usuarios cuya información fue recogida sin permiso. También añadió que los consumidores tienen derecho a proteger su información personal y financiera de un uso indebido y no deseado por parte de compañías como Google.
En dicho acuerdo Google accedió a eliminar correos, contraseñas e historiales web recopilados a partir de las redes inalámbricas domésticas mientras sus vehículos del servicio Street View tomaban instantáneas de diferentes barrios de EEUU durante el periodo comprendido entre 2008 y 2011.
Finalmente Google ha dejado de recopilar datos y se ha comprometido a no volver a hacerlo sin la autorización explicita de las autoridades competentes.