El gobierno de Ruanda, en colaboración con la startup
Zipline, trabaja en la creación de una red de drones cuya autonomía de vuelo les permita recorrer grandes distancias y cubrir sanitariamente zonas remotas del país.
El objetivo del proyecto está enfocado a poder realizar entre 50 y 150 entregas diarias de medicamentos y sangre, con un total de 15 drones operativos. Según han reiterado los responsables del proyecto, el principal objetivo del mismo es el de salvar vidas.
Los vehículos no tripulados navegarán con el uso de GPS y lanzarán los suministros desde el aire antes de volver a la pista de aterrizaje desde la que despegaron.
Los primeros drones de las "líneas rojas" despegarán este mismo año y los tres "dronpuertos" previstos en Ruanda estarán terminados antes de 2020, permitiendo a estos aparatos cubrir casi la mitad del territorio del país.
Para la directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, "este visionario proyecto en Ruanda podría revolucionar la sanidad pública, y su potencial para salvar vidas es enorme".