
Este miércoles, el gigante tecnológico Google ha sido acusado por la Comisión Europea de abusar de su posición dominante al obligar a los operadores y fabricantes de dispositivos móviles y tabletas con sistema operativo Android a instalar de forma predeterminada algunos de sus servicios tales como su navegador Chrome o su buscador.
Se ha acusado formalmente a Alphabet, la matriz que aglutina todas las empresas y proyectos del buscador. En los contratos que la compañía tiene con los fabricantes y operadores se especifica la obligación de preinstalar hasta 11 aplicaciones disponibles de Google.
La disputa legal existente entre Google y la CE viene de lejos. El año pasado, concretamente el 15 de abril, la Comisión Europea ya acusó al buscador de abusar de su posición de dominio y favorecer sistemáticamente su producto en comparación con otros no pertenecientes a la compañía.