Los routers de 900.000 usuarios de Deutsche Telekom se quedaron sin servicio de telefonía fija, Internet y televisión online durante tres días, víctimas de un nuevo ciberataque. Este suceso refuerza la necesidad de reforzar de forma concienzuda la ciberseguirdad de los usuarios.
Los servicios empezaron a fallar el domingo y se propagaron hasta el martes. Las investigaciones realizadas hasta el momento apuntan a que no se trata simplemente de un ataque doméstico. Se especula sobre una posible autoría rusa, que recuerda los ataques sufridos recientemente en Estados Unidos.
De Maizière, ministro Federal del Interior, declaró el pasado martes: "No quiero especular sobre la procedencia". Explicó que "el autor exacto todavía no ha sido determinado". En relación al origen de los ataques afirmó "probablemente tampoco sea posible trazar con claridad un límite entre las actividades criminales procedentes de un determinado país y las actividades de un Estado".
Deutsche Telekom explicó que el ataque causó interrupciones en Internet en un total de 900.000 usuarios, lo que supone el 4,5% de sus 20 millones de clientes. Sin embargo, aseguró que el ataque se frustró antes de que éste pudiera propagarse.
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