Dara Khosrowshahi, consejero delegado de Uber, desveló una filtración cibernética que la compañía había llevado en secreto hasta ahora y que ocurrió en 2016 afectando a los datos personales de 57 millones de sus usuarios en todo el mundo. El consejero, que aceptó el cargo el pasado mes de agosto, lo explicó este pasado martes en un comunicado de prensa donde mostró su predisposición a ser "honestos" y "transparentes" y se empeñó en "trabajar para reparar los errores pasados".
Al parecer, dos individuos ajenos a la compañía accedieron a la base de datos de Uber y se descargaron la información correspondiente a 57 millones de usuarios de Uber en todo el mundo, incluyendo emails, números de teléfono y sus nombres. También dispusieron de un listado de 600.000 conductores de Uber en EEUU con sus números de carné de conducir.
Desde la agencia Bloomberg se explicó este pasado martes que Uber, pese a tener la obligación legal de informar a las autoridades acerca del ataque informático, pagó la nada despreciable cantidad de 100.000 dólares a los hackers para que eliminaran la información obtenida y guardaran silencio sobre lo ocurrido.