Stephen Hawking, astrofísico británico, ha fallecido la madrugada del miércoles a los 76 años. Muere así una de las mejores mentes de la ciencia y del mundo. Según explican sus hijos Lucy, Robert y Tim en un comunicado, "se ha marchado en paz en su casa de Cambridge en las primeras horas del miércoles".
Los familiares han afirmado: “Estamos profundamente tristes de que nuestro amado padre haya fallecido hoy”, recuerdan que “un gran científico y un hombre extraordinario cuyo trabajo y legado perdurarán por muchos años”. “Su coraje y persistencia con su brillantez y su humor inspiraron a la gente en todo el mundo”. “Una vez dijo que este no sería un gran universo si no fuera el hogar de la personas que amas”.
Stephen Hawking dedicó toda su vida a ser divulgador científico, físico teórico, cosmólogo y astrofísico. Su enfermedad motoneuronal vinculada con la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) le hicieron ir más lento, pero no frenó su afán por seguir investigando y aprendiendo del universo.
Cuando tenía 12 años le detectaron su enfermedad y por ello le dieron una esperanza de vida de dos o tres años. Su lucha personal le permitió esquivar los peores pronósticos hasta llegar a los 76 años de edad. Fue inevitable que su dolencia se fuera agravando con el tiempo hasta quedarse prácticamente paralizado. Únicamente podía mover levemente un músculo situado bajo su ojo que le permitía comunicarse a través de un ordenador que reproducía sus pensamientos.
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