
Después de siete largos años de batallas legales entre Samsung y Apple, el juez ha acabado condenando a la compañía surcoreana por haber infringido las patentes en el Galaxy S.
En su momento, la compañía de la manzana demandó a Samsung por copiar el diseño original de sus iPhone y por ello recibirá según el veredicto final, un total de casi 535 millones de dólares. A esta multa hay que sumarle otra de 5 millones por usar dichas patentes de Apple durante dos años.
Apple ha declarado que "Apple encendió la revolución de los teléfonos inteligentes con iPhone y es un hecho que Samsung copió de forma descarada nuestro diseño. Agradecemos al jurado por sus servicios, y estamos contentos de que estén de acuerdo en que Samsung debería pagar por copiar nuestros productos". Samsung no ha tardado en declarar que: "La decisión de hoy se opone a un fallo unánime del Tribunal Supremo a favor de Samsung sobre el alcance de los daños a las patentes de diseño. Consideraremos todas las opciones para obtener un resultado que no obstaculice la creatividad y la competencia justa para todas las empresas y consumidores".
En la demanda presentada por Apple se requería el pago de 1.000 millones de euros por las ganancias que Samsung había obtenido por la venta de su modelo Galaxy S.