En 1979, presentaban un artilugio con un eslogan muy presuntuoso pero certero: El único. Se trataba del Walkman, un reproductor de cintas de casete portátil que elevó a Sony a lo más alto de la industria discográfica. El aparato portátil de Sony fue uno de los inventos que más ha condicionado la manera de utilizar los dispositivos tecnológicos en la historia.
Fue un aparato que revolucionó la industria musical y que rompió récords de ventas a pesar de que en sus inicios, su elevado precio condicionaba su adopción. Su gran fama radicaba en su diseño. Era un dispositivo que te permitía escuchar música desde cualquier lugar del mundo. De esta forma inauguró la era de la música portátil. Décadas después lo revolucionaría Apple con su iPod que salió al mercado en 2001.
Tenía un diseño minimalista y sus funciones estaban limitadas. Básicamente se podía reproducir, rebobinar y detener la música. Diez años después de su lanzamiento, ya se habían vendido más de 50 millones de unidades y en 2010, cuando la compañía anunciaba su retirada del mercado, se habían vendido más de 200 millones de unidades.