Durante el periodo del 2002, un total de 150.000 discos duros fueron dados de baja o retirados de los ordenadores personales de sus usuarios. El problema es que un porcentaje significativo de los mismos pasa al mercado de segunda mano.
Cuando eliminamos un archivo, lo que le hacemos es indicarle al sistema operativo que lo marque como borrado y que su espacio en el disco pase a ser reutilizable. Pero los datos del archivo aún continúan en el disco hasta que no son sobrescritos. De igual forma cuando formateamos un disco no siempre borramos los datos. Con el fin de hacer la operación lo más breve posible, en muchas ocasiones sólo se rescriben las cabeceras de los sectores del disco.
Debido a estas características técnicas cada vez son más los discos duros que acaban en manos de expertos manipuladores en busca de información útil para su reutilización. Los datos que anteriormente se han comentado pueden horrorizar a mas de uno, puesto que este modus operandi puede ser motivo de la generación y práctica de comportamientos ilegales y efectivamente dañinos para los propietarios de estos discos duros.