Un 23 de junio de 1996 llegaba al mercado japonés la consola de 64 bits de Nintendo, la más avanzada tecnológicamente de su época. Juntamente con ella también salía a la luz el icónico Super Mario 64. Una semana después de su lanzamiento, ya se habían vendido 500.000 unidades solo en Japón.
En su lanzamiento, los usuarios japoneses solo podían escoger entre tres cartuchos para acompañarla, aunque no era muy complicado escoger. Super Mario 64 era uno de ellos y fue un salto de gigante para los juegos de Mario y para todo el mundo del videojuego en 3D.
El juego ofrecía una magnitud de niveles, una precisión de los controles y una suavidez de la cámara que estaba a años luz de sus máximos competidores. Sin más, llegó a convertirse en uno de los juegos más valorados de la década y el más vendido de dicha consola.
Fueron 11 millones de unidades vendidas del juego y 33 millones de unidades vendidas de la consola. Aunque parece una barbaridad, las cifras no hacen justicia a la calidad del juego y la consola y lo comparamos con los 40 millones de unidades vendidas de Super Mario Bros en NES, los 20 millones de unidades vendidas de Super Mario Odyssey en Switch o las 104 millones de unidades vendidas en PlayStation.
Cabe destacar que Nintendo 64, a pesar de su superioridad técnica a las consolas de 32 bits de Sony y Sega, tuvo una vida bastante compleja y es que los juegos tardaban mucho en llegar y aunque su calidad estaba por las nubes, el formato cartucho ahuyentó a muchos que apostaron por la comodidad y velocidad del CDROM de las PlayStation.
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