Según Akamai, el objetivo era echar por tierra miles de servidores DNS, los que convierten las direcciones de Internet en los números que los "routers" entienden. Así, cuando el usuario solicita una dirección de Internet, la respuesta del servidor se demora y la navegación se ralentiza. "No tenemos información que nos lleve a pensar que el ataque estaba directamente dirigido contra Akamai", señaló Young. "El problema es parte de un ataque internacional contra Internet a gran escala".
Este ataque podría deberse, según Akamai, a la acción de un virus o un gusano informático aún sin identificar del tipo que obligó a la empresa de software SCO Group a cambiar de dirección en Internet a causa de la acción del temible MyDoom.
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