Ramos dijo que las agencias del estado y la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) estaban investigando el caso pero que el 'cracker' no había sido localizado.
Los nombres a los que accedió estaban siendo utilizados por un investigador de Berkeley que había recopilado esos datos para estudiar el impacto de los salarios en los cuidados de ancianos a domicilio, declaró.
Los datos, que incluían direcciones, números de teléfono y fechas de nacimiento, estaban siendo usados con autorización del estado pero sin el consentimiento de los individuos cuya información estaba siendo utilizada en el estudio.
Ramos dijo que el estado está autorizado a compartir con investigadores la información personal de individuos que participan en programas estatales administrados por el departamento de servicios sociales del estado.
Uno de los peores ataques
George Strait, un portavoz de la universidad, confirmó que habían entrado en el sistema informático en lo que creía era el ataque de este tipo más significativo que había sufrido la universidad.
Berkeley detectó que su sistema informático había sido forzado a finales de agosto, pero no lo notificó al estado hasta el 27 de septiembre después de que la universidad hubiera realizado su propia investigación con el FBI, dijo Strait.