Esta decisión no afecta a la legalidad del servicio de intercambio gratuito Napster, pero podría suponer un gran revés para los planes de los servicios de distribución de música online de las propias compañías discográficas, que podrían estar abusando de su posición dominante en el mercado.
LA PETICIÓN DE NAPSTER
La juez accedió a la petición de Napster, que había solicitado presentar pruebas que demostrarían el supuesto mal uso, por parte de las discográficas, de los derechos de propiedad intelectual con miras a monopolizar el mercado de distribución de la música digital.
"La parte demandante (la industria discográfica) continúa manteniendo una conducta supuestamente injusta, y el daño potencial podría ser masivo", señaló Patel.
"Si Napster está en lo cierto, los demandantes están tratando de monopolizar el mercado", indicó la juez de San Francisco.
Los abogados de Napster señalan que la Industria discográfica se ha negado de forma reiterada a vender a otras compañías las licencias que les permitirían comercializar en Internet las canciones cuyos derechos de autor se encuentran en manos de las discográficas. Esto les permitiría reducir la oferta en Internet a dos plataformas MusicNet (en la que participan Warner, EMI y BMG) y PressPlay (auspiciada por Universal y Sony), los dos programas que las cinco discográficas lanzaron el pasado mes de diciembre.
El consejero general de Napster, Jonathan Schwartz, dijo en un comunicado que "estaba satisfecho", ya que la juez había accedido a estudiar las acusaciones sobre "el comportamiento anti-competitivo de las discográficas, que equivale a abusar de los derechos de los artistas".
Napster cerró su servicio de intercambio gratuito de canciones en julio por una orden judicial a favor de las compañías discográficas, que lo acusaban de infringir los derechos de propiedad intelectual al facilitar versiones digitales de la música de manera gratuita a miles de clientes.
QUÉ SUCEDERÍA
Si se demuestra que las discográficas se han unido con fines ilegales, el juicio podría llegar a su fin representando una rotunda victoria para Napster. No obstante, la Industria discográfica sólo debería modificar su actividad para reiniciar el juicio.
El caso, abierto ya desde hace tres años, pretende dilucidar la forma en la que se puede distribuir material protegido con derecho de autor en Internet, quién se puede beneficiar de esta venta y cuánto deberán pagar los consumidores por acceder a canciones protegidas con los derechos de autor.