El propietario de un negocio en el barrio romano de San Giovanni, Mario Pietrantozzi, decidió fotografiar a dos individuos que estaban delante de su tienda, según el en actitud sospechosa, y envió rápidamente la imagen a la policía. La fotografía fue enviada a través del móvil a una dirección de correo electrónico de la policía.
La policía pudo comprobar que en la imagen aparecían dos jóvenes de nacionalidad rumana con antecedentes penales, y varias veces denunciados por los comerciantes de la zona.
Momentos mas tarde una patrulla de la policía se personó en el lugar donde fueron localizados y procedieron a su detención. En su poder se encontraron herramientas para forzar los cierres de los negocios.
Una vez mas, la tecnología ha sido la artífice para que con colaboración ciutadana, la policía haya podido proceder con la detención de tales sujetos.