Han sido los sellos discográficos afiliados a National Music Publisher’s Association, quienes se han percatado de la nueva fuente de pérdidas de beneficios y han decidido obrar de igual manera que lo hicieron contra Napster.
Aimster, por su parte, se defiende alegando que su programa no se basa en la utilización de servidores propios, como lo hace Napster, sino en una red “virtual” entre los usuarios que lo utilizan y que son éstos los que deben responsabilizarse del uso que den al programa Aimster. Visto de este modo, el único objetivo del programa es interconectar a los miles y miles de usuarios que lo posean y por tanto, no infringe la ley de propiedad intelectual.