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La mayor parte de los sitios web que funcionan con WordPress pueden hacerlo eligiendo un theme del repositorio oficial o de cualquier otro y personalizándolo con las opciones disponibles en el panel de control. Incluso si se necesita desarrollar un theme hoy día es buena idea no empezar de cero, sino usando una estructura básica, genérica ya desarrollada. Por otro lado es recomendable usar ciertas herramientas que produzcan un theme optimizado, que cargue lo más rápido posible, que se adapte a todo tipo de dispositivos. Esto pasa, además de por estructurar bien la información para minimizar las consultas a base de datos, por producir archivos CSS, JS minimizados e imágenes comprimidas y optimizadas que agilicen la carga. Un buen starter theme para WordPress facilita ambas cosas: una estructura genérica sobre la que empezar a construir rápidamente, y un entorno de desarrollo que permita automatizar las tareas de optimización e ir probando los avances ágilmente.

En este post comparto mi manera de trabajar: qué starter theme utilizo últimamente y cuál es el flujo de trabajo con él.

Sass nos permite emplear estructuras de control en CSS gracias a las directivas de que proporciona pudiendo realizar variaciones en el estilo basándonos en una condición. Básicamente, podemos realizar condiciones if y bucles en CSS. Las directivas de control de flujo no son complejas si ya estas habituado a la programación ya que el uso de bucles y condiciones son el día a día.

Las estructuras de control en CSS están más centrados en los mixins, que son como funciones. La finalidad es dotar de mayor flexibilidad a la hoja de estilos cuando queremos agregar nuevas reglas.