Debido a la pequeña cantidad de requerimiento de almacenamiento, los MIDI son muy deseables como fuente de sonido musical para aplicaciones de multimedia, en comparación con la digitalización de la música actual. Por ejemplo, un archivo MIDI de tres minutos puede ocupar sólo 20 a 30K, mientras que un archivo WAV (audio digital), podría ocupar hasta varios megabytes, dependiendo de la calidad del sonido.