Aunque tu
ordenador solo tiene una
dirección IP en el amplio mundo que es
Internet, una gran variedad de
funciones y
software están implicadas en una conexión de Internet. Por ejemplo, recibir y enviar
correos electrónicos, ver una
página Web, transferir
archivos, son diferentes
procesos, en el cual cada uno utilizará un software diferente. Para gestionar estas funciones de una manera sistemática, se hace uso de los llamados puertos IP como si fueran direcciones locales. Estos puertos no existen físicamente y no deben ser confundidos con los puertos
USB o
paralelos. Estas direcciones locales son usadas para dirigir los distintos tipos de actividad existente en Internet, al software apropiado en el ordenador local.
Piensa en tu ordenador como una oficina de un edificio, con varias salas y habitaciones para desempeñar diferentes funciones. La
dirección IP que utilizamos para navegar por
Internet correspondería con el nombre de la calle del edificio, y los puertos IP serían los números de las habitaciones. De hecho, en el formato estándar de una
URL, se reserva una sección para el puerto designado. El número de puerto casi nunca es necesario en nuestro
navegador de
Internet ya que por defecto se utiliza el puerto 80 del
protocolo http.